"Los botes de yogurt son muy pequeños, siempre quedo con ganas de más".

El poco interés que despertó este comentario mio, me llevó a transcribir todas las ocurrencias de mi caos neuronal. No importan a casi nadie pero mueven mi vida. De eso se trata todo esto, de compartir las simplezas que me emocionan, porque así comienzan las buenas conversaciones, después de un comentario mal ubicado. Por eso me uno a la fiebre del blog, para los que también quedaron con ganas de un poco mas de yogurt. ¡Bienvenidos!

viernes, 27 de febrero de 2009

De sabores y amores...

Es increíble como una simple receta puede sellar lazos dentro de una familia, en el caso de la mía, una buena receta siempre se convirtió en un texto de culto, una oración rezada por mi papá a diario para poder alcanzar el paraíso de los fogones. Parece que fue ayer cuando mi hermana, en un acto de plagio inocente, copió una receta en medio de una conversación abierta, y la hizo suya para siempre con sus polvos mágicos; a partir de ese día, aquella gloriosa natilla no paró de despertar pasiones entre los afortunados que llevaban una cucharada de ese manjar a sus bocas. Ella solo estaba siguiendo un camino que ya otros habían abierto y que muchos seguimos andando.

El arte de la buena cocina no se creó para saciar el apetito nada más, (qué tristeza quien crea algo así), ese arte se materializó para dejar legados, para que el hecho de compartir tras una mesa se convirtiera en una experiencia de amor, no sólo comiendo: sino imaginando y preparando lo que al final llegaría a nuestros platos. Por lo menos en la cocina del numero 52 siempre fue así, en realidad sigue siendo así. No sabemos ver la vida si no es horneando algo, hirviendo otras tantas. Es nuestra forma de regalarle un trozo de nosotros mismos a un visitante, a un amigo.

Yo en estos momentos, extraño bárbaramente poner a batir mis 250 gramos de mantequilla con una taza de azúcar y transformarlo en ese bizcocho dorado, crocante, como una nube que tanto le gustaban a mi mamá y mi hermano comerse ¡aun caliente!; pero sigo soñando, porque sé que habrán muchos hornos en el furturo que reflejarán nuestras caras, de nuevo unidas, mientras vemos cómo se eleva esta herencia de valor incalculable.

lunes, 16 de febrero de 2009

Mi lista de deseos.

Me gustaría:
- Hablar un poco más y pensar un poco menos.
- Pedir perdón por muchas cosas y no disculparme por nada.
- Tener a mis padres cerca.
- Que aquel yogurt del que hablaba durara menos porque alguien me quitó la mitad.
- ¡Vivirlo todo de nuevo!
- Ser un completo descarado.
- Abrazar a la niña de los rizos, aunque ya no sean rizos.
- Que alguien apareciera y lo desordenara todo aún más.
- Que el futuro sea siempre presente pero nunca pasado.
- Que el tiempo no se comiera mis dias.
- Poner más color a mis dibujos si pintase mas seguido.
- Ver de nuevo a mi muñeca rota.
- Cocinarle a todo el que llegue.
- Explicarle a mis hermanos la euforia que me da saber que son parte de mi.
- Tocar a mis amigas.
- No querer nada.

¡¡¡No hay mayor libertad que
perderlo todo!!!

domingo, 15 de febrero de 2009

MUTUS

Hace unas semanas tuve la suerte de presenciar mi primera nevada en Madrid. Iba camino al trabajo y me tomó por sorpresa todo aquello, quizás por venir de otras latitudes mucho más cálidas me asombró el espectaculo, veia como caian cantidad de copos colosales del cielo y era magia pura. Todos los meteorólogos pueden predecir dónde y cuándo sucederá (o eso intentan), pero nadie sabría decir de donde proviene el atractivo de un fenomeno así. No daba crédito a lo que veia ¿Como era posible que un acontecimiento tan violento como aquel no emitiera ningún sonido?, ¡No sonaba! Definitivamente es uno de los pocos eventos de la naturaleza; sino el único, que tiene la inmensa humildad de suceder y no anunciarse, ni siquiera emitiendo el mas mínimo susurro. Creo que el silencio es lo mas erótico que puede haber. ¡Es la antesala de algo grande! Ese dia se convirtió en una prueba de como lo etéreo se convierte en una relidad, como el agua en un acto fugaz golpea la nieve recién caida y la hace hielo... Después de ese crack molesto todo se transforma. Como la vida misma, solo hacen falta un par de segundos para que todo se materialize, para que todo cobre vida.

¿What do the waves have to say now?


Momentazo en el concierto de Interpol el verano pasado, Paul Banks y compañia, interpretan solo para mi "The Lighthouse". Pido disculpas por mi falta de talento para el arte de la fotografía, pero desde esa ignorancia, creo que la foto no quedó mal del todo. Enjoy!